jueves, 5 de mayo de 2011

Justicia, justificaciones y apología tras la muerte de Osama bin Laden

Para EE.UU, capturar vivo o muerto de Osaba Bin Laden ha sido una cuenta pendiente desde el desastre del 11-S. Hay quienes se preguntan: ¿por qué ahora? Mi  inexperta opinión dice que la muerte de Osama se ha llevado a cabo cuando el gabinete de seguridad nacional lo ha creído conveniente y que si dicho gabinete lo hubiera creído oportuno hace, por ejemplo,  3 años, la operación se hubiera ejecutado entonces. Dicho de otro modo, creo la fecha en que se produjo la operación no se escogió por razones de propaganda, aunque cabe mencionar que sin lugar a dudas, la muerte de Osama bin Laden es una victoria propagandística para el presidente de EE.UU, Barak Obama. La muerte de Bin Laden pone punto y final a uno de los capítulos del manual que explica la lucha estadounidense contra el terrorismo internacional, uno de los principales asuntos de la política exterior de dicho país. Punto y aparte porque aunque Osama ha muerto, no lo ha hecho ni Al Qaeda ni el terrorismo internacional.  Es, por lo tanto,  una muerte simbólica que a mi modo de ver no hace del mundo un lugar más seguro, porque el mundo, sus gentes, continúan en peligro mientras exista el terrorismo.

Prueba de que durante la última década encontrar al fundador y líder de Al Qaeda ha sido un punto relevante de la política exterior de EE.UU, es que cuando en el 2009 el gobierno de Obama ideó la estrategia para combatir el terrorismo, varios de los puntos señalados fueron: en primer lugar, derrotar a Al Qaeda; en segundo lugar,  el informe establecía que bin Laden se encontraba casi con toda certeza en las zonas montañosas de Pakistan; en tercer lugar, Obama apuntó que EE.UU actuaria cuanto tuvieran inteligencia sobre terroristas de alto nivel. Podemos concluir que en suma dichas cuestiones discurrían hacia una única vertiente: encontrar y capturar a Osama bin Laden.
Para seguir la pista al líder del grupo terrorista más peligroso del mundo se han llevado a cabo numerosos interrogatorios a presos de la prisión de Guantánamo, así como en otros presidios secretos controlados por la CIA en Polonia y Rumanía. Debo partir de la idea de que muchos de los presos no han sido juzgados y que, solo en Guantánamo al menos 160 reclusos o no tenían ningún vínculo con Al Qaeda y eran inocentes, o eran poco peligrosos, según los documentos del Departamentos de Defensa de EE.UU filtrados por WikiLeaks. Unas declaraciones del preso y supuesto cerebro de los ataques del 11-S,  Khalid Sheik Mohamed,  sirvieron al gobierno de EE.UU para encontrar al fundador de Al Qaeda. Únicamente un afiliado al grupo terrorista tendría información sobre el paradero del líder de la organización, por lo que, imagino, el preso estaba asociado al grupo yihadista. Hasta aquí bien. Pero la concepción del “todo bien” quizás cambie al saber que el preso fue torturado con el método del waterboarding (tortura de tortura que consiste en hacer sentir a una persona inmovilizada que se está ahogando) para que proporcionara información. Así pues, no es ni ética ni moral la obtención de información mediante la tortura de un preso o testigo. Y siendo inmoral y no ético, el uso de la tortura para conseguir los fines mencionados tampoco es legítimo puesto que la tortura es ilegal.

He estado a punto de de añadir otra definición a la palabra legítimo: justo. ¿Es justo el uso de la violencia contra un miembro de Al Qaeda para localizar a bin Laden? ¿Sería menos justo si la violencia se ejerciera sobre una persona inocente y no relacionada con ningún grupo terrorista? Respondo a la primera pregunta a ciegas, sin conocimiento alguno en el campo de las leyes: Al Qaeda ha cometido numerosos crímenes, por lo tanto, considero que si se demuestra la  culpabilidad y la implicación del preso en actividades terroristas y el recluso tiene en su haber información importante que ayuda a debilitar a Al Qaeda, la información y el método de obtención de la misma mediante la violencia es un método justo, conforme a la equidad, porque dicho preso ha participado en el asesinato de seres humanos inocentes.  No puedo evitar avergonzarme al justificar la tortura como un método justo, porque sé que la violencia de estado es un procedimiento ilícito, ilegal, indebido e inmoral dado que actúa en contra de la integridad de los seres humanos.  He aquí mi dilema: el uso de la violencia es una conducta injusta porque no obra conforme a la moral, pero 5 líneas atrás la he calificado como justa, porque va conforme a la equidad siempre y cuando esté demostrada la implicación del recluso en atentados terroristas. Parece que lo único que he sacado en claro de todo este asunto es que tengo un conflicto conmigo misma.
Respondiendo a la segunda cuestión, de ningún modo es legítimo el uso de la violencia de estado contra aquellas personas inocentes, así como presos que no han sido juzgados. Y aún más, no es legítimo encarcelar a alguien sin previo juicio.

Se da la violencia de estado cuando un gobierno ordena a una organización, apoyada o financiada por la misma institución gubernamental, el uso de la violencia contra una persona o colectivo. Se atenta, por lo tanto, contra los Derechos Humanos Universales por orden del ejecutivo. Al pensar en el asesinato de Osama bin Laden y en las torturas sufridas por los presos, inevitablemente me vienen a la cabeza los asesinatos de 23 personas vinculadas al grupo terrorista ETA de la mano del GAL (Grupos Antiterroristas de Liberación), por orden del gobierno de Felipe González. Aquello ha sido calificado como terrorismo de estado y ni lo dudo ni debo cuestionar esta definición. Sin embargo, la muerte de bin Laden a manos de un comando de las fuerzas especiales estadounidenses se entiende como justa. ¿Está justificado el asesinato de Osama? ¿La justificación del asesinato de un terrorista depende del número de víctimas y daños que haya provocado? Si algún día consigo  formular una respuesta con fundamentos prometo compartirla en este blog.

1 comentario:

  1. ¿A favor o en contra de la pena capital? ¿Es mejor dejarlos de por vida en la cárcel a sabiendas de los privilegios que allí pueden tener? Tantas preguntas y tantas respuestas... Mientras nosotros intentamos buscar la mejor y más justa respuesta, se toman las decisiones antes de que podamos siquiera hablar.
    Como la moralidad puede llegar a ser muy ambigua habrá opiniones de todo tipo, pero una cosa está clara, siempre que los de arriba actúen en beneficio propio la justicia nunca será justa. He dicho.
    Al margen del tema en cuestión, muy buena publicación, tenía ganas de leer algo así salido de tus manos. Enhorabuena!

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